Leemos en el libro que el Archimandrita Sophrony escribió sobre San Silouan el Athonita: "Muchos jóvenes le consultaron con frecuencia el camino que les aconsejaba seguir en su vida. (...) El último consejo era el más raro, pues el Stárets pensaba que ya había llegado la época predicha por el Padre Estratónico, en la que muchas personas "instruidas" se convertirían en monjes en el mundo; juzgaba que, de modo general, las condiciones en las que la forma del monaquismo había existido a lo largo de los siglos pasados se habían vuelto desfavorables, pero que las vocaciones y al atractivo hacia el monaquismo existirían siempre.
"Notamos en el Stárets la firme convicción de que la vida espiritual, es decir, una vida en oración y ascesis, animada por una fe profunda, era superior a cualquier otra forma de vida. Así, aquel a quien le había sido concedida, debía, como por una perla preciosa, sacrificarlo todo, incluso los estudios." Archimandrita SOPHRONY "San Siluoan el Athonita". Madrid 1990.P.62.
Y Olivier Clément, hablándonos de las persecuciones, dice lo que sigue: (...) "De este modo se multiplicaron los "monjes secretos" que realizaban, en Cristo, el descenso a los infiernos. Es profética la intuición de Dostoevskij que nos muestra al starets Zosimo devolviendo al mundo a Alësa Karamazov, que quiere hacerse monje. El "monaquismo interior" (...) existe (...) también por la decisión deliberada de grandes espirituales, que pidieron a sus discípulos que permanecieran en el mundo, siendo al mismo tiempo hombres de oración, de silencio, hombres de una presencia significativa." O. CLEMENT "Surcos de luz". Burgos 2005. P.88
Publicado por Alberto E. Justo
Muchas gracias por el texto¡ un verdadero tesoro¡ P. fray Daniel
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.Durante mi vida he conocido a verdaderos monjes viviendo en el mundo y también a algunos monjes viviendo más en el "mundo" que en el claustro.
ResponderEliminarAgradezco también por este texto; es muy alentador para quienes intentamos modestamente seguir con nuestras actividades en el mundo sin abandonar por eso la búsqueda interior.
ResponderEliminarSaludos.