viernes, 7 de marzo de 2014

LLAMA


Hay una llama que no se apaga y que no requiere los aplausos de nadie, ni quedar bien con nadie... Se aviva con la oración y la entrega y prende todo lo que toca. Su calor hace confortable hasta lo más austero y enriquece lo que a los ojos de muchos parece frío y destartalado.