viernes, 16 de noviembre de 2012

Guía para el ayuno de Navidad




Guía para el ayuno de Navidad (15 de noviembre al 24 de diciembre)

El ayuno de la Natividad es una de las cuatro épocas de Canónicas de ayuno en el año de la Iglesia Ortodoxa. Este es un ayuno alegre anticipándonos a la Natividad de Cristo. Esa es la razón por la cual es menos estricto que otros periodos de ayuno. El ayuno se divide en dos períodos. El 1º período es del 15 de noviembre al 19 de
diciembre, cuando la disciplina tradicional de ayuno (nada de carne, lácteos, pescado, vino y aceite) se observa. Hay exención dada para el vino y el aceite, los martes y jueves. Del mismo modo, el pescado, el vino y el aceite se permiten los sábados y domingos. El 2º período es del 20 de diciembre al 24, cuando la disciplina tradicional de ayuno (nada de carne, lácteos, pescado, vino y aceite) se observa. Hay excusa dada para el vino y el aceite sólo los sábados y domingos durante este período.
La abstinencia incluye renunciar de la comida y bebida antes mencionados, así como de fumar. El ayuno eucarístico significa la abstención de por lo menos en la medianoche anterior para comulgar en una liturgia por la mañana. El propósito del ayuno El propósito del ayuno es centrarse en las cosas que están por encima, el Reino de Dios. Es un medio de poner en la virtud, en la realidad, aquí y ahora. A través de él somos liberados de la dependencia de las cosas del mundo. Ayunamos con fidelidad y en secreto, no juzgando a los demás, y no utilizándonos como un ejemplo.
• El ayuno en sí mismo no es un medio de agradar a Dios. El ayuno no es un castigo por nuestros pecados. Tampoco es el ayuno un medio de sufrimiento y dolor a llevarse a cabo como una especie de expiación. Cristo ya nos ha redimido de su Cruz. La salvación es un don de Dios que no es comprado por el hambre o la sed.
• Ayunamos para ser liberado de las pasiones carnales, para que el don divino de la salvación puede dar fruto en nosotros.
• Ayunamos y volvemos nuestros ojos hacia Dios en Su Santa Iglesia. El ayuno y la oración van de la mano.
• El ayuno no es irrelevante. El ayuno no es obsoleto, y no es algo para alguien. El ayuno es de Dios, para nosotros, aquí y ahora.
• Por encima de todo, no hay que devorar unos a otros. Pedimos a Dios que "establezca un observador y guardar la puerta de nuestros labios."

No hagas ayuno cuando:
• entre el 25 de diciembre y 5 de enero (incluso los miércoles y viernes);
• si estás embarazada o amamantando a un recién nacido;
• en caso de enfermedad grave;
• sin la oración;
• sin la limosna;
• según su propia voluntad sin la guía de su padre espiritual.