miércoles, 14 de septiembre de 2011

Tú siempre...


Pero ha llegado la hora de las sorpresas... Quiero decir que Dios permanece en el silencio del alma aún en esos momentos inesperados de perplejidad y de dolor. No sabemos qué ocurrirá... Presumimos acontecimientos portadores de novedades, quizá no deseadas, o de pruebas inéditas o lo que se quiera suponer. Pero el Señor está ahí, aquí. Él Es. Y no ha de alterarse la Paz, porque la paz es Él, Él mismo. Más todavía, ante lo que nos deja sin habla, ante lo que nos quita el respiro... podemos decir, sin temor a equivocarnos: Señor, eres Tú. Tú siempre Eres...
Alberto E. Justo.

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