
Aprende a perdonar las ofensas mil veces, en la mayoría de ocasiones es tu orgullo el ofendido, y no la intención por parte del otro. Restablece la amistad cuanto antes, saldrás ganando tú y edificarás al que consideraste ofensor.
Si has abrazado el honor y el decoro del desierto, quédate en el silencio profundo y despréndete de lo que no cuenta...
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