El hombre debe acostumbrarse a no buscar ni desear lo suyo en nada sino que encontrar y aprehender a Dios en todas las cosas. Porque Dios no otorga ningún don —y nunca lo otorgó— para que uno posea el don y descanse en él. Antes bien, todos los dones que Él otorgó alguna vez en el cielo y en la tierra, los dio solamente con la finalidad de poder dar un solo don: éste es Él mismo.
Maestro Eckhart
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