Es así para aquel que emprende el viaje del interior. Puede consultar especialistas, proveerse de libros relatando las exploraciones análogas a la suya, pero deberá efectuar él solo su propia investigación interior; esta soledad puede pesarle como un fardo. En realidad, es ella el precio de su libertad y de su fidelidad a su vocación personal. En el descubrimiento de la vida interior, se presentan tantas vías diferentes como individuos. No obstante, los caminos diversos conducen a un objetivo idéntico. El hombre es una masa compacta, le hace falta levadura. A falta de descubrir en uno mismo esta levadura, tiene él tendencia a buscarla fuera. Es ese un error pernicioso, que le hace perder tiempo, energías y le distrae de lo esencial. Volver a uno mismo, es decir vivir dentro, habitar consigo mismo, tal es el secreto comunicado por los hombres de luz.
EL ARTE DE LA VIDA INTERIOR - MARIE-MADELEINE DAVY ( VII )
Tomado de
ermitañourbano
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