miércoles, 14 de julio de 2010

La vida solitaria


26 La vida solitaria, en cambio, está expuesta a un peligro intrínseco: el primer peligro, que ciertamente es gravísimo, consiste en la autocomplacencia, y no teniendo a nadie que pueda juzgar su obra, le parecerá que (ya) ha llegado a la perfección máxima;

27 entonces, viviendo sin ninguna observancia, no caerá en la cuenta de cuál es su vicio principal ni en qué cosas falta a la virtud;

28 tampoco podrá juzgar acerca de la cualidad de sus obras, pues ha eliminado toda ocasión de poner (las virtudes) por obra.

29 ¿Cómo comprobará su humildad, si no tiene a nadie con quien mostrarse humilde? ¿Cómo demostrará su misericordia el que es ajeno a toda compañía y convivencia?

30 ¿Cómo se ejercitará a sí mismo en la paciencia si no tiene a nadie que ponga obstáculos a sus voluntades?

Regla de San Basilio (fragmento)

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