Se hace notar. Todo en la ermita florece y el clima se suaviza después de un duro invierno.Mis periquitos han tenido cuatro polluelos y hoy han salido ya del nido y empiezan a valerse por sí mismos. Al mismo tiempo, Bruno, mi perro, no quiere más que pasear y correr persiguiendo a los gatos... no hace honor a su nombre. Todo es una parábola de la vida. Sólo hay que ser un poco observador.
Gracias por la sencillez que comparte Padre Makario...hay un tiempo para cada cosa, aquí empiezan los primeros fríos y viéndole lo bueno, es una ocasión para aumentar el recogimiento.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno en el amor a Cristo.
Estimado Makarios, paz y bien en Cristo Jesús.
ResponderEliminarTiempo hacía que no te contactaba. Sí, releo tus blogs pero lamentablemente un poco a las apuradas. Recuerdo que en ocasiones le decía a mi gente amiga que independientemente de como vaya el mundo la determinación de como moverse y con que velocidad depende siempre de uno. Hoy soy preso de mis palabras; y viendo esta entrada sentí y pensé de cuantas cosas se pierden cuando uno corre. Si al menos fuese en síntonía con San Benito:
" Busca la paz y corre tras ella " ... Pero lamenteblamente, muchas veces no es así.
Gracias Makarios por la simpleza,
El Señor te bendiga.
Fraternalmente, Sergio.
Irmão Macário: que a Primavera possa ser-lhe uma chuva de bênçãos para sua vida.
ResponderEliminarEmmanuel+
Desde Brasil
Sergio, el Señor nos atrae a su paz con insistencia. Primero nos "deja" su paz, después nos la "da", para en tercer lugar, nosotros la hagamos nuestra.
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