
El hombre tiene un pobre corazón, pero el Señor busca corazones pobres. El hombre tiene unas pobres manos, pero el Señor lo que busca son manos pobres para dejar en ellas su paz y así colmarlas.
Si has abrazado el honor y el decoro del desierto, quédate en el silencio profundo y despréndete de lo que no cuenta...
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