Acogida
No tengas temor al diferente y acepta a todos. Practica la virtud monástica de la acogida tanto en tu casa como en tu vida y no olvides que hasta el más lejano y tú tenéis algo en común: sois hijos de Dios.un monje.
Si has abrazado el honor y el decoro del desierto, quédate en el silencio profundo y despréndete de lo que no cuenta...
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