
Quédate persuadido de que nada tendrá éxito más que por Él. Si Él no lo quiere, acepta el fracaso, así como todas sus consecuencias humillantes y desagradables. Entonces, serás libre.
Si has abrazado el honor y el decoro del desierto, quédate en el silencio profundo y despréndete de lo que no cuenta...
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