Ten valor, y cuando ores presentate delante del Señor en silencio, pues no precisarás palabras, Él te conoce íntimamente y sabe lo que necesitas antes de que tú se lo pidas. Muestrale despacio tus manos, y no te preocupe que ellas estén vacías, que Él las colmará. Que tu oración sea la del publicano: "Señor, ten misericordia de mí, pecador" y el Misericordioso te dará Su paz.
Maravilhoso, Padre. Gracias.
ResponderEliminarSaludos de paz, desde o Brasil.